Cuenta la leyenda, que Martes, el dios de la guerra, tuvo en Rea Silvia a los mellizos Rómulo y Remo. Nacieron y los echó al río Tiber en una canasta para salvarlos y llegaron a las siete colinas que se encontraba cerca de la desembocadura del Tiber.
Una loba, Luperca, fue a beber y les recogió para amamentarlos en su guarida del Monte Palatino. Hasta que un pastor los encontró y se los llevó para que los criara su mujer. Cuando fueron adultos, los mellizos fundaron una ciudad cerca del Tiber, para ser sus reyes.
Se dice que la loba que los amamantó fue un su madre adoptiva humana. (En latín, también se usa el término loba para las prostitutas de esa época).
También dice la leyenda que Rómulo y Remo discutieron cerca de la desembocadora del río donde fueron encontrados sobre el lugar en el que fundar la ciudad y decidieron ver el vuelo de los aves para solucionarlo. Rómulo vió doce buitres y Remo sólo seis. Entoces Rómulo, trazó un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró matar a quien la cruzara. Remo le desobedeció y cruzó por lo que su hermano lo mató quedando él como el único y primer rey de Roma.
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